OLEÍCOLA BERLANGUEÑA
La Campiña Sur de Extremadura esconde un secreto en sus olivares. La variedad de aceituna Pico-Limón es única en el sureste extremeño y produce un aceite diferente y superior.
Su arraigo en la zona es milenario: huesos de esta variedad de aceituna han sido hallados en ánforas y tinajas en el yacimiento romano de Regina, ubicado a escasos kilómetros de la almazara.
La presencia de un ‘pezón’ notablemente visible es uno de los signos de identidad de esta variedad de aceituna.
Su exquisito sabor es el otro rasgo característico.
El curioso aroma a cáscara y carne de plátano se torna en atributos de manzana verde, almendra y alcachofa conforme avanza el proceso de maduración.
El resultado es un intenso sabor afrutado con un toque ligeramente amargo.
Una materia prima excelente tanto para la elaboración de aceite de oliva como para su consumo casero.
OLEÍCOLA BERLANGUEÑA
Oleum
El olivar fue introducido en nuestro territorio por los fenicios, pero fueron los romanos los que lo expandieron.
Las condiciones de nuestro clima y nuestra tierra pronto crearon un producto de alta calidad que los romanos supieron apreciar.
La capital del Imperio vivió una auténtica fiebre por el oro líquido, siendo el más apreciado el llegado desde Hispania.
Roma consideraba nuestro aceite un producto de lujo solo al alcance de la élite social.
Oleícola Berlangueña se nutre de la afamada variedad Pico-Limón para la elaboración de nuestros productos más demandados.
El sabor tan característico es posible gracias a esta aceituna exclusiva de la zona y al resto de variedades utilizadas: manzanilla, marteña y carrasqueña.
Un aceite de oliva virgen extra reconocido por los que saben de aceite de oliva